Hasta parece mentira que esta mujer tetona aceptará follar con este demonio alado que llega con mucho salvajismo a follarla tras mantenerla agarrada con sus manos y con las alas abiertas. Sus oppais bien grandes tiemblan cuando él la está montando en el suelo para penetrarla con su enorme aparato que por lo visto le encaja perfecto en el manko. Nada como el sexo con monstruos que siempre son bien dotados.