Abella Anderson siempre ha tenido debilidad por su hermanastro pequeño: rubio, fuerte, atlético… y ésta tarde conseguirá hacer realidad su fantasía más secreta, pasárselo por la piedra. Se encuentran en la cocina, mientras él como siempre bebe agua de la garrafa y ella le riñe por beber de morro. Después de hablar un rato, él se fija en su top apretadito y sus shorts y el tema se pone calentito. Abella se da cuenta que se le ha puesto dura y tiene que cogérsela y meneársela un poco. Se van directos a la cama para estar más cómodos y continuar el gran incesto. ¡La primera vez entre éstos dos hermanastros!
2 Comentarios
muy bueno esta para comerla toda
Me gustaría una mujer q disfrute el placer de hacer locuras a la Hora de tener Relaciones