Esta clase ha terminado y se han quedado dos estudiantes en el salón con el profesor, y para nadie es un secreto que él siempre se quiere coger a sus alumnas preferidas. Una de ellas empieza a quitarse la ropa y le pide que se acueste sobre el escritorio para montarse en su pene erecto y así poder penetrarse. La rubia solo será una espectadora que los ayudará a tener un momento mucho más caliente del que se imaginaban.