Cuando se ha acabado el día de clases, Apolonia La Piedra acompaña a su colega a su casa, en donde cada tarde la espera su padrino para follar. Es un rito que se viene haciendo desde hace años y parece que cada día les gusta más hacerlo. Hoy ha sido una excepción, ya que ha venido su amiga para ayudarlos a hacer cosas aún más deliciosas. La penetración que le hace es tan deliciosa que no lo podrá creer.